viernes, 5 de abril de 2013

Imagen y control social

¿Imagen y control social? Para entender esta relación es necesario profundizar...Veamos, imagen, medios de comunicación y control social. Mejor, pero solo hemos raspado la superficie. ¿Qué tal imagen, medios de comunicación, grupos de poder y control social? Sí, mucho mejor, pero claro...¿cómo legitimamos su poder? ¡Ah, ya está!: imagen, medios de comunicación, grupos de poder, democracia y control social. Pero hay un problema, estos dos últimos conceptos son contradictorios. Vale, entonces... Imagen, medios de comunicación, grupos de poder, democracia, totalitarismo y control social.¿Qué os parece?¿Lo dejamos así?



La imagen apela a nuestras emociones y éstas en determinadas situaciones tienen un mayor peso en nuestras decisiones que la dimensión racional. Lo inconsciente y lo consciente. Es obvio que no analizamos pormenorizadamente todas y cada una de las decisiones que tomamos a lo largo de un día (por no hablar de nuestra vida). Las emociones nos gobiernan en un porcentaje mucho mayor que el que somos capaces de admitir.

Si las emociones son tan importantes, cabría preguntarse por qué somos tan vulnerables a los estímulos externos. Si alguien trata de convencernos, mediante la palabra, sobre la realización de un acto que no deseamos realizar; convencernos racionalmente para cambiar nuestras creencias religiosas (o su ausencia); o simplemente convencernos usando verbos, sustantivos, adjetivos, etc acerca de la conveniencia de amar a esa persona, probablemente estarían realizando un trabajo infructuoso. Sin embargo, pueden convencernos mediante imágenes, de la necesidad de comprarnos un modelo de coche más caro, hacernos tener sed, sentir alegría o miedo, encontrar el amor de tu vida en cada portada de revista. La imagen, su significado, tiene una importancia capital para nosotros. 



Un significado que no es neutral. Un significado prefabricado, que deja muy poco margen de interpretación; aunque se le puedan dar ligeros matices, pues ahí radica la capacidad de quienes lo producen, para hacernos creer que somos nosotros los que tenemos el poder de interpretar, de decidir, de pensar. Fabrican imágenes, fabrican significados. ¿Variados? ¿libres? No. Limitados, opresores. Espacio de significado, de pensamiento, reducido. Por lo tanto, plano, predecible...controlable.

Y no somos conscientes de ello. O si lo somos, pero en un nivel muy profundo, racional, secundario. En un nivel en el cual no se toman las decisiones cotidianas, inmediatas ni, muy a nuestro pesar, las más importantes. Se convierten esos significados artificialmente creados por otros, en lo normal. En opinión de Chomsky (citado en la obra de R.I. Correa, Imagen y control social, 2011):

La fuerza de la costumbre hace parecer normal que el arte de la democracia resida en la habilidad y estrategia de los políticos y gobernantes en la "fabricación de consenso", un término eufemísticamente orwelliano que viene a ser lo mismo que "control del pensamiento". (p.42)







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