¿Nuestro
tiempo es lineal? No me refiero a las modificaciones del
espacio-tiempo, de las que nos habló Einstein. Me refiero a nuestro tiempo vital, lo que vivimos. ¿Es lineal? Es decir, ¿siempre va
hacia adelante, de forma constante y absoluta? Creo que no.
¿Acaso
vivimos siempre en presente? No, claro que no (lo siento Bob Dylan, pero no siempre es presente). Recordamos el pasado,
queremos previsualizar el futuro, e incluso imaginamos un tiempo,
paralelo al actual, en el que alguno de los condicionantes fuesen
diferentes. Mientras escribo estas lineas, mi cabeza ha utilizado
diferentes tiempos, ha dado saltos temporales, ha ido y
vuelto...mientras el reloj digital del ordenador ha seguido
avanzando, inexorable, constante. Pero, ¿es este último el tiempo
que queremos que rija nuestras vidas? Considero que el tiempo no
lineal es mucho más interesante.
Ese
es el principal motivo, por el cual me gusta tanto el cine no lineal.
Mi sorpresa llega cuando, en la asignatura de Narrativa digital,
comenzamos a hablar de la temática...y surgen numerosas obras con
una composición temporal no convencional.
Bien,
en la presente entrada, he realizado una síntesis de los escritos
que he ido haciendo durante estos meses, al ir visualizando alguna de
las películas manejadas, así como de otras producciones ya vistas
anteriormente y que, por un motivo u otro, se quedaron grabadas en mi
mente no lineal.
Comencemos
por dos directores que suelen dotar a sus obras de esquemas
temporales y argumentativos no tradicionales:
Alejandro
González Iñárritu. Dentro del programa de la asignatura, se
propuso la visualización de: Amores
perros (2000)
y
Babel (2006).
En ambos casos, se presentan varias lineas argumentales, que
confluyen o que tienen algún elemento que las une, ya sean perros o
niños y rifles. Pero a ambas, hay que unir 21
gramos (2003), conformando
lo que se conoce como “Trilogía de la muerte”. En esta última,
el nexo de unión es un accidente de tráfico.
En
todas ellas, Iñárritu realiza un convincente análisis
antropológico, tocando temas como el amor, la familia, las
diferencias entre el primer mundo y el resto, la muerte y la forma de
afrontar las desgracias, la religión...Pasando de un contexto local,
en las barriadas de México hasta la complejidad “efectomariposiana”
que provoca un disparo en las montañas de Marruecos.
Al
ver cualquiera de las tres (dejo abierta la votación acerca de cuál
es la mejor), uno siente la necesidad de atar cabos. Finaliza la
película y dedicas un momento a reflexionar sobre los porqués,
los cuándos, los y si...Son películas que provocan
que el espectador tome un papel activo. Que se aleje de posiciones
estáticas, en las cuales simplemente “traga” imágenes,
diálogos, sonidos...para pasar a implicarse cognitivamente en la
obra. Y no sé qué opinará el lector, pero en mi caso, cada vez que
me implico de esa manera en algo, crezco, avanzo, me desarrollo.
Quentin
Tarantino. Resulta difícil encontrar una producción de este
director, que muestre una linea argumental simple y/o lineal de
forma completa. Citemos algunos ejemplos:
- Reservoir dogs (Tarantino, 1992): los flashbacks nos van dando información sobre los criminales, sobre cómo han llegado a la situación actual. Hablamos de más de seis personajes, con sus historias respectivas.
- Pulp Fiction (Tarantino, 1994): siento si en este caso pierdo la imparcialidad. Cito mi comentario en el foro de la asignatura:Esta obra de Tarantino, es considerada una obra maestra del séptimo arte por diferentes motivos: diálogos entre Vincent (Travolta) y Jules (Samuel L. Jackson), el monólogo de éste (sermón), el baile de You Never Can Tell (Chuck Berry, 1964) entre Thurman y Travolta, la tienda de antigüedades...Ahora bien, como todas sus obras, no deja indiferente a nadie, o lo amas o no te gusta nada.
Presenta un reparto coral, interconectado por sucesos y tiempos. A simple vista, no resulta complicado seguir su trama, pese a no tener un orden cronológico ordinario. Aunque he de reconocer que, tras visualizarla con la siguiente imagen, que presenta el orden lineal correspondiente, mi fascinación creció aun más. - Kill Bill vol.1 y 2 (Tarantino 2003 y 2004). Son dos películas unidas, interconectadas. Se tienen puentes temporales y argumentales entre ambas, que permiten dar mayor dinamismo a lo que, en principio, parece una historia sencilla de venganza. Pero los saltos temporales y argumentales, las dotan de cierta complejidad que, personalmente, da el verdadero valor a la obra.
- Four Rooms (Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, 1995) . Si bien es cierto que, aquí, la acción es lineal (con algún pero), lo verdaderamente novedoso, es la forma en la que se crea la obra. Hablamos de cuatro situaciones, cuatro historias, narradas por cuatro directores diferentes, con sus estilos reconocidos (en este caso, Tarantino y sus planos secuencia). El nexo de unión lo establece el botones de caótico hotel (ni siquiera era el botones hasta esa noche).
Pero
este tipo de obras, no solo responden a la particular forma de
comprender el cine de unos pocos cineastas/guionistas. Poco a poco se
empieza a convertir en un recurso, que o bien engloba a toda la obra,
o que simplemente es utilizado en algunos puntos, para crear un
efecto determinado.
En
este último caso, encontramos un ejemplo manejado en la asignatura:
El curioso caso de Benjamin Button (David Fincher, 2008). Si
ya es de por sí poco tradicional, el del tiempo vital de un
personaje que rejuvenece paulatinamente según avanza su vida,
encontramos un secuencia, a mitad de película, en la que se utilizan
postulados que beben de la teoría del caos, para resaltar la
importancia que puede tener cada decisión, cada segundo, en nuestras
vidas y las de los demás.
Otro
ejemplo, relacionado con este último aspecto de la importancia del
tiempo y sus caóticas consecuencias, es Corre Lola, corre
(Tom Tykwer, 1998). Veinte minutos, repetidos tres veces. ¿Siempre
lo mismo? No. Cada una de las pequeñas decisiones que va tomando, va
alterando la historia, en tanto que se producen variaciones
temporales, que modifican los encuentros, los diálogos, los estados
de ánimo...
Otr@s
compañer@s han nombrado muchos más ejemplos (interesantísimos
todos ellos), pero para finalizar, quiero hablar de la última
película de acción no lineal que he podido ver y que justamente ha
sido dirigida por el último director mencionado: Cloud
Atlas (Tom Tykwer, Andy y
Lana Wachowsky, 2012). ¿Qué ocurre cuando pones interés en
entender algo y solo eres capaz, la primera vez, de poder captar solo
la superficie? En mi caso, querer tener más oportunidades para
comprenderlo, para aprender, para descubrir el mensaje que, a simple
vista, se muestra oculto. Eso me ocurrió con esta película. Su
visualización no es sencilla, dado que presenta numerosos efectos
cinematográficos, que un mismo actor/actriz realiza varios papeles,
que se presentan historias encadenadas (pero separadas por siglos de
distancia)...Se lleva hasta el extremo lo impredecible que puede ser
el futuro, en tanto que, cada acto puede estar condicionando el
desarrollo de fenómenos que, a
priori, se muestran
desconectados.
http://passatempo.com.mx/wp-content/uploads/2012/12/Infograf%C3%ADa-de-Cloud-Atlas.001-001.jpg
Como
vemos, últimamente es bastante frecuente relacionar la no linealidad
temporal en las narraciones cinematográficas, con principios
relacionados con la teoría del caos y el efecto
mariposa. Sea como fuere,
lo que se ha de tener claro es que, probablemente esta forma de
contar las cosas, ni mejor ni peor, incite al espectador a mostrar
una mayor actividad consciente, para poder entender todo el mensaje
que subyace detrás de los efectos, los personajes, los planos y
secuencias.
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